¿ Existe la
paz sin dolor ?
Atentamente: Mauro
Respuesta: Querido
Mauro, hasta donde he podido observar la ley del movimiento de las cosas
concretas, y las de aspecto invisible, sutil, inefable, he podido apreciar lo siguiente:
Para lograr avanzar en bicicleta es necesario primero saber mantener el equilibrio y para eso no hay necesidad de un “maestro”.
Mantener el equilibrio es tan natural como respirar o llevarse la comida a la
boca. Pero es verdad que el equilibrio se puede perder, y es aquí donde es
necesario recurrir a un aspecto de la existencia humana despreciado y malamente
entendido:
Somos seres
HUMANOS, pero quien nos sustenta es un ANIMAL. Es él quien por medio de su
instinto nos protege y nos cuida, sin embargo ha sido domesticado (ya sabemos
cómo y por quienes). Cuando se pierde el equilibrio es porque pensamos lo que NO hay que pensar. Cuando subes una escalera estás en “automático”, pero si
piensas lo que haces pierdes el paso. Cuando caes en “automático” tiendes a
protegerte, no es necesario pensar qué hacer. Nos olvidamos de nuestro animal,
a veces salvaje, otras manso como un cordero, pero es quien nos protege.
Cuantas veces hemos querido hacer algo y “un algo” nos dice: aléjate, apártate !!
Ya lo decía Baudelaire en uno de sus magníficos poemas en las Flores del Mal:
“ Todo
hombre (y ser HOMBRE es lo primero)
Lleva dentro
de sí una víbora fiera
Que cuando
él dice quiero
Ella
exclama: YO NO QUIERO.
Si fijas tus
ojos en los ojos fijos
De ninfas y satirizas
Ella te dirá
desde la oscuridad del corazón
Apártate de
esas !”
Regresemos a
la bicicleta. Te echas a rodar en ella y cargas tu pie en el pedal. Mientras
uno baja, el otro sube. Así será siempre en todo: para que exista movimiento
tienen que obrar a lo menos DOS fuerzas. Para construir algo, un “algo”,
debemos destruir otro “algo”. Puede ser que estés en lo uno y olvides lo otro.
Puedes estar tranquilo y olvidar que antes estuviste intranquilo. Olvidar es la
palabra miserable y otras veces es la palabra grandiosa.
Todo lo que
veo ha sido construido desde el dolor,
incluida la paz.
¿ Puede
existir la paz sin dolor ? Si, cuando mueres y estás ausente de todo.
El olvido
alguna vez será eterno, olvidaremos los besos de amor, la música entrañable que
regó nuestro jardín, las manos amadas, los gestos generosos, nuestros hijos, el
primer llanto, la hora predilecta, la luz de una sonrisa, los ojos de un niño y
un poco más allá nos esperará la tierra con su silencio bañado de paz, sin dolores y eterna.
Cordialmente Otto Rimbombawen
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