"Hace mucho que he querido, sin poder lograrlo nunca, saltar mi propia sombra.
¿ Existe algún método que me permita superar este desafío ?"
Atentamente: Ángel Custodio
Respuesta: Angel, saltar la sombra es posible, solo si usted sabe donde
quiere caer y sepa como detenerse.
Adelanius Corff, saltó sobre su sombra en el siglo XII y
desapareció. Navegantes cuentan haberlo visto en las faldas del monte Ararath
tras la huella de los maderos del arca, o junto a los beduinos mercaderes de
Beirut negociando perfumes o alfombras voladoras.
Entre los monjes de la Hermandad Celeste de Madagascar, se
cuenta que uno de sus miembros en 1751, Coham Al Eid, sin mediar razón alguna, frente a los ojos despavoridos de los miembros
de su congregación y en medio de los ejercicios para desarrollar la voluntad a
la hora 9, saltó al otro lado de su sombra desapareciendo durante seis días.
Fue encontrado en las cercanías del mar Caspio.
Lamentablemente, de entre un centenar de relatos, existen
breves escritos al respecto, registrados de puño y letra de parte de algún “saltador
de sombra”. No obstante, un indio Yaki Mexicano nos ha dejado un preciso
relato del "modus operandi" para lograr
tal cometido. Dice así:
“La proyección de la sombra: un sí mismo sin color que se
arrastra pegada a la materia, brota solo como anteparte de la Luz y es
menester esperar la mañana. La sombra se hace extensa a la hora 9, pues a medida que el sol avanza
hacia la tarde la extensión y grado sustancialidad de la sombra disminuye.
Hay que saber detener el pensamiento y las marejadas de
sensaciones y asociaciones que barren la inquietud de la mente. Vacío es la palabra, Tao.
Entonces sin mediar ningún signo se salta hacia donde se puede caer. Se supera
el tiempo entre cuando saltamos y la sombra que desaparece. La liviandad se
obtiene soltando todo, renunciando a todo. Después, ya no importa el después”.
El indio Yaki finaliza el relato expresando una última frase, un tanto oscura y simbólica:
“ Los malos amigos son como la sombra, existen cuando hay sol y desaparecen cuando llega la oscuridad. Es mejor no tener nada y luego soltar para saltar”.
“ Los malos amigos son como la sombra, existen cuando hay sol y desaparecen cuando llega la oscuridad. Es mejor no tener nada y luego soltar para saltar”.
Amablemente se despide Otto Rimbombawen
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